En este poemario se adivina la luz del alma, que envuelve en su calidez todo lo que alcanza. Son versos llenos de ternura, conjuros de amor con verdadera autenticidad, lloros de desaliento y dolor a veces rabiosos, y cantos de alegría que inundan de emoción a aquellos que los interiorizan o recitan. Estamos ante una poesía fresca, diferente y humanizadora que parte de algo tan primario como es el amor, para adentrarnos hacia una visión preciosista, donde los sentidos y el deseo se convierten en un todo complementario, a veces coincidente y otras desgarrante. Esta es la opera prima de Celia Cortés, una poeta hasta ahora desconocida, original, que hace de la palabra y los versos un instrumento perfecto para reencontrar la belleza de las cosas pequeñas, pero grandes si las analizamos desde el corazón.